El Gobierno nacional y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) están explorando caminos para que la Iglesia Católica se sume al diálogo sectorial impulsado por el Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Sin embargo, en esa institución ya anticiparon que los obispos no se sentarán en la mesa del Diálogo por el Trabajo y la Producción que se inaugura mañana con la participación de la CGT y los empresarios.
Tras el encuentro del sábado entre el presidente Mauricio Macri y el papa Francisco en el Vaticano, la comisión ejecutiva del Episcopado, que preside monseñor José María Arancedo, recibió una invitación telefónica para sumarse al diálogo que el Gobierno abrirá con representantes de gremios y de empresas, cuyo primer tema es un bono de fin de año para trabajador públicos y privados.
“La Iglesia celebra la iniciativa de diálogo, pero no es un miembro de la mesa. Animamos al diálogo pero los que tienen que dialogar son el gobierno, los empresarios y la CGT”, dijeron a la agencia Télam fuentes episcopales desde Roma, donde aún se encuentra la cúpula de la CEA tras la ceremonia de canonización del Cura.
En la previa del encuentro hubo nueva presión sindical. El integrante del triunvirato de la CGT, Carlos Acuña, insistió en reclamar un bono compensatorio extraordinario por $ 2.000 para los trabajadores privados y públicos, y advirtió que si no se responde a esa demanda, seguramente, “van a tener el conflicto en la puerta".
"Mañana discutimos con los sectores privados y estamos pidiendo un piso de $ 2.000 que se tome como referencia, y que cada sindicato discuta con cada sector productivo. El reclamo es en forma paralela para con los trabajadores públicos", dijo Acuña en una entrevista a una radio de Buenos Aires, Futurock FM.